Hace ya ocho décadas que la cinta Scotch viene siendo uno de los mejores ejemplos de cómo proyecta su política innovadora la estadounidense 3M (Minnesota Mining and Manufacturing), lo que permite afirmar sin temor a dudas que este producto fue, es, y continuará siendo un elemento indispensable en oficinas y hogares, gracias a su múltiples usos. Desde sellar paquetes, pegar páginas de libros y documentos, hasta facilitar todo tipo de reparaciones rápidas y sencillas en el hogar. Nada menos que 80 años avalan su dinamismo y propiedades.

Los orígenes del papel celo, celofán o cinta adhesiva, arrancan de la inventiva y afán innovador del ingeniero Richard Drew - de la empresa estadounidense 3M -, que allá por 1925, buscando una solución efectiva para pintar en dos tonos la carrocería de un coche, intentando que los colores no se mezclasen al pintar las líneas rectas, decidió aplicar a una cinta de papel celofán un adhesivo sensible a la presión. Había surgido la primera cinta enmascaradora.

Cinco años más tarde, en 1930 y mientras buscaba una aplicación para sellar las bolsas de celofán (que empezaban a utilizarse en la industria de la alimentación) y que además fuera resistente a la humedad, el mismo Richard Drew desarrolló una cinta con soporte de celofán impregnada de adhesivo. La cinta comenzó a ser conocida como Scotch Cellotape (cinta escocesa) ya que la cinta original que Drew diseñó para un taller llevaba impregnado adhesivo sólo en los laterales, hecho que hacía que se desprendiese con facilidad, así es que el dueño del taller le planteó con sarcasmo: ”dile a tus jefes que no sean escoceses (roñosos) y pongan más adhesivo a la cinta“. Este sencillo episodio, que fue mejor que un “brainstorming”, originó el nombre de la célebre cinta Scotch ®, marca bajo cuyo amparo no cesaron de generarse innovaciones.

Ahora bien, lo curioso es que la cinta Scotch fue pensada en un principio para ser utilizada fundamentalmente en bancos y bibliotecas que estaban siempre necesitados de una solución rápida y efectiva para remendar billetes y libros, pero cuando se comprobó que la mayoría de los empleados la aplicaban también a otros fines, como encuadernar, fijar carteles o hacer manualidades, la dirección de 3M decidió comercializarla en el mercado de consumo. Esto se logró a partir de 1930, debido en gran parte a la crisis que a fines de 1929 desató Wall Street sobre la economía estadounidense y que a la vez impactó sobre la economía del usar y tirar, ya que a partir de esos momentos la gente comenzó a intentar arreglar sus pequeños objetos rotos pegándolos, en vez de arrojarlos a la basura. Ahora bien, gracias en buena parte a este producto – entre otros – y pese a la crisis, 3M logró ser una de las empresas más rentables de Estados Unidos.

Todo esto fue el comienzo de una carrera imparable, ya que la compañía constató que había generado uno de esos sencillos inventos/marca que admiten ser mejorados continuamente, con los consiguientes beneficios para todos. Así fue como en 1932, 3M introdujo su primer modelo de porta rollos de escritorio, que pesaba casi 3,2 Kg. En 1939 Scotch puso a punto y comenzó a utilizar su icónico porta rollos en forma de caracol. Poco más tarde, durante la segunda guerra, la política comercial de la empresa tuvo que efectuar un cambio en su estrategia y casi toda la producción fue destinada a las fuerzas armadas. En este período, 3M desarrolló y fabricó más de 100 diferentes tipos de cinta para ayudar a resolver una serie de problemas de logística que generó el conflicto, tales como sellado, identificación de cuerpos, mantenimiento de materiales, protección y aislamiento. La cinta doble capa Scotch comenzó a fabricarse en este época. Ya en 1945 se comienza a utilizar el famoso diseño escocés.

En 1950 continuaron las innovaciones, pero el entorno del mercado había cambiado, ya que la potenciación de medios como la televisión permitía potenciar y multiplicar el impacto de los mensajes publicitarios hasta niveles desconocidos hasta entonces. Así es como surgió en el mercado la figura de Scotty McTappe, que potenció la marca Scotch en Estados Unidos. Si tenemos en cuenta que en 1955 un 67% de las personas en Estados Unidos ya tenía acceso a la televisión, no es de extrañar que durante un par de décadas Scotty McTape fuese la mascota inseparable de la marca en aquel mercado.

Ante una demanda cada vez más exigente, 3M inventó en 1961 la Cinta Mágica, un original producto con acabado mate en el rollo e invisible sobre el papel. Una sorprendente innovación fue que se podía escribir sobre ella con lápiz, pluma o rotulador.

Pero las innovaciones no acaban aquí, ya que en 1984 se lanzó al mercado la cinta removible. Esta cuenta con un adhesivo único que se adhiere firmemente al papel pero puede removerse o reposicionarse con facilidad. Más tarde, en 1996, relanzó la cinta de doble capa Scotch.

Cruzado el umbral del nuevo siglo y entre otras innovaciones, Scotch introduce en el mercado el primer lápiz adhesivo transparente. Su innovadora fórmula permite que el papel no se arrugue. Siguiendo en esta línea, durante 2008 pone en el mercado su nueva línea de tijeras seguras enfocadas al hogar, oficina y escuela. Finalmente (por el momento), la compañía rediseña la imagen de la línea en Adhesivos Aerosol 3M completando un extenso portafolio. Además lanza al mercado una nueva versión modernizadora de porta rollo para la Cinta Mágica “Scotch” conocida como Donut. Se trata de un innovador porta rollo en forma de donut de diferentes colores, que mantiene la cinta libre de polvo y con una cuchilla plástica para seguridad de los niños. Actualmente existen más de 900 variedades de cinta vendidas bajo la marca “Scotch” y 3M alrededor del mundo.