Primer mouse Engelbart. Foto Doug Engelbart Institute

Fue el nueve de diciembre de 1968 cuando Douglas Engelbart, profesor de la Universidad de Stanford, presentó un periférico de ordenador que, en pocos años, se convertiría en el más utilizado del mundo durante generaciones. Se trataba de un dispositivo al que denominó: X-Y Position Indicator for a Display System, o Indicador de posición X-Y para un sistema con pantalla: un nombre poco atractivo para una caja de madera con dos grandes ruedas mecánicas en su parte inferior y un pulsador rojo.

En cuanto a su función, era la misma que tiene en la actualidad: desplazar un cursor para seleccionar objetos o texto en la pantalla. El laboratorio de investigación del Profesor Engelbart le puso al invento el apodo cariñoso de “ratón” y así es como ha llegado hasta nuestros días.

Pero la historia había comenzado cinco años antes. En efecto, fue en 1963 cuando Doug Engelbart, que falleció el pasado 3 de julio de 2013 a los 88 años, trabajaba en el Instituto de Investigación de Stanford (California) y comenzó a investigar sobre un dispositivo señalador que tradujera los movimientos de la mano en acciones en el monitor. El invento se dio a conocer cinco años más tarde.

Curiosamente el ratón de Engelbart no tuvo éxito y, de hecho, acabó en un cajón del despacho del profesor, quien tan sólo se embolsó el dinero de la patente. Trece años después, en 1981, técnicos de los laboratorios Xerox se basaron en el diseño de Engelbart para crear el primer equipo con ratón incorporado: la Xerox Star 8010. Le siguieron otros equipos como Commodore Amiga, Atari ST o Apple Lisa. Incluso Microsoft desarrolló un ratón para usar con sus primeras versiones del procesador de textos Word. Pero ninguno de ellos llegó a calar entre el gran público por su elevado precio.

Douglas Engelbart muestra su invento en las oficinas de Tymshare

Así, aunque su popularidad fue creciendo desde que Xerox lo introduce con su estación de trabajo Star, el éxito definitivo del ratón se debe a Apple, empresa que en 1980 encargó a un grupo de jóvenes – otra vez de la Universidad de Stanford -, que diseñaran un ratón barato y eficaz que pudiera ser producido en serie. El primer modelo de Xerox costaba 400 dólares de la época y Jobs quería un "mouse" con un precio entre los diez y los 35 dólares. 

Apple consiguió el periférico que pretendía para sus equipos Lisa y Macintosh y, con ello, el ratón inició su generalización como dispostivo imprescindible para muchas generaciones de usuarios de sistemas personales y que solo ahora, a los 45 años, se ha encontrado con un gran competidor: las pantallas táctiles. Más información en www.dougengelbart.org