Juan Gallostra Isern

Como profesionales de la edificación de oficinas, estamos siempre muy atentos a la relación existente entre el diseño e impacto social y ambiental. Así, desde el momento mismo de su fundación, en JG Ingenieros prestamos especial atención a lograr el mayor bienestar para los centros de trabajo: acústica, correcta iluminación, adecuada climatización.

Es lógico, empleados y directivos pasan muchas horas en la oficina y esta debe reportarles un entorno sano y agradable que beneficie su labor diaria. Cuando empezamos a ejecutar la ingeniería y electrificación en grandes edificios destinados a oficinas, siempre efectuamos estudios de simulación para que la ocupación de los mismos se realice en condiciones óptimas. Ya lo hacíamos cuando en España aún no se planteaba la conveniencia de incorporar criterios de sostenibilidad de manera decidida en su construcción.

Partamos de la base que el proceso de conceptuación, definición, ejecución y puesta en explotación de un edificio es complejo, debido a crecientes requerimientos de los usuarios, mayor sofisticación tecnológica, mayores exigencias en optimización de recursos y en reducción del impacto ambiental, y todo ello al mínimo coste de implantación y posterior explotación.

Un proyecto emblemático en el que participamos activamente desde JG Ingenieros fue el edificio tecnológico del Banco Sabadell en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), constituido por un edifico de oficinas de desarrollo horizontal y una nave de tipología industrial que constituyen dos volúmenes de uso diferenciado. En Sevilla el edificio de oficinas Centris o en Valencia el complejo Aqua, son referentes de nuestra actividad.

Actualmente, en la ejecución de los edificios de oficinas cumplen un papel clave las políticas de ahorro energético, de lucha contra el cambio climático (a través de la reducción de las emisiones de GEIs), así como el respeto y optimización en la extracción y transformación de los recursos naturales.

Lo mismo las estrategias de reutilización y reciclado de productos, que vienen determinadas mediante imposiciones reglamentarias y normativas de muy distintos rango: protocolos y acuerdos internacionales, directivas comunitarias, reglamentos y legislación de carácter nacional, políticas específicas de municipios con ordenanzas y exigencias adicionales, que buscan influir positivamente en dicho cambio.De ahí que en los nuevos proyectos a los ingenieros industriales nos compete más que nunca emplear el sentido común y tener una especial sensibilidad hacia la naturaleza y la sociedad. 

A la hora de proyectar un edificio con vocación de sostenibilidad, hay que tener presente los impactos que pueden producir la energía, uso del suelo, residuos, transporte, materiales, agua potable, etcétera. Debemos conocer el impacto y su incidencia en el edificio para poder definir claramente las estrategias a seguir para minimizar o anular sus efectos, e incorporarlas en el diseño.

A tal punto hemos incorporado en los edificios una serie de técnicas de carácter innovador en nuestro entorno, como pueden ser el intercambiador geotérmico tierra-aire, los estudios de iluminación natural y la ventilación cruzada, así como sistemas novedosos como las máquinas de absorción o las micro turbinas para una mejor climatización del edificio.

En los complejos de oficinas se tiende al aprovechamiento de la ventilación natural, lo que influirá tanto en la eficiencia energética como en el confort y sensación de bienestar de los usuarios. Esta sencilla técnica resulta válida para aclimatar el interior, evitando así consumos innecesarios de energía de los equipos, facilitando la entrada de aire fresco que evita el efecto del edificio enfermo.

Este momento de impasse en las promociones inmobiliarias es un buen momento para realizar mejoras sustanciales en el comportamiento medioambiental del parque de edificios. Un aspecto clave en este proceso es culminar la operación de mejora con alguna certificación que permita referenciar el "nivel de sostenibilidad" de una forma imparcial y objetiva.

Existen en el mundo diferentes esquemas de certificación de sostenibilidad de edificios, todos ellos voluntarios. Entre los más importantes están el LEED norteamericano y el BREEAM inglés, ambos con implantación a nivel mundial. Los dos sistemas están pensados para certificar tanto edificios de nueva construcción como edificios existentes (LEED -existing buildings-, y BREEAM -in use-).

Los edificios "verdes" o sostenibles proporcionan eficacia (seguridad y prestaciones en su uso) con eficiencia (uso inteligente de los recursos). La sostenibilidad en edificación aborda de forma comprensiva todos los aspectos relacionados con el diseño, construcción, operación y deconstrucción del edificio: selección del emplazamiento, materiales y procesos de construcción, ahorro energético y de agua, calidad ambiental interior, gestión de residuos, transporte de los usuarios del edificio, etcétera.

Adecuadamente asesorados por profesionales acreditados, los promotores pueden, pues, plantearse actualizar sus edificios o promociones con el objetivo de conseguir un reconocimiento medioambiental que les permita, entre otras cosas, mejorar la rentabilidad económica de sus proyectos y operaciones inmobiliarias. Pienso que es un buen momento para ello, pues esta "transformación verde" está llena de sentido económico y sentido común.