19 Septiembre 2010
Aunque en 1980 la Minnesota Mining and Manufacturing Company, más conocida como 3M, dio a conocer comercialmente el Post-it® - esas pequeñas hojas de papel autoadhesivo de varias dimensiones, formas y colores utilizadas para escribir notas recordatorias que después se pegan en cualquier tipo de superficie -, la historia de este exitoso e innovador producto comenzó mucho antes.
En 1968 el doctor Spencer Silver, investigador de la compañía 3M que llevaba un tiempo tratando de encontrar un nuevo adhesivo extra fuerte, después de diversas pruebas sólo obtuvo un producto que pegaba poco, por lo que estimó no se le podía dar ningún uso. Pero este adhesivo de “baja adherencia”, si bien tenía la característica peculiar de mostrar poca capacidad adhesiva, era capaz de adherirse al papel perfectamente y podía pegarse y despegarse sin dejar restos. Sería la capacidad de observación de uno de sus compañeros, Arthur Fry, la que encontraría una utilidad práctica a ese descubrimiento, dando daría origen a uno de los productos de papelería más vendidos en todo el mundo: el “Post-it®” (pégalo”).
La segunda parte de esta historia se inicia un domingo del año 1974, cuando el científico de 3M, Art Fry, se encontraba en la iglesia e intentaba leer algunos salmos marcados en su libro. Imposible. Continuamente los papelillos marcadores se resbalaban y caían al suelo. «Si tal vez se pudieran sujetar los marca páginas con el pegamento que inventó Spencer Silver, se mantendrían en su sitio el tiempo necesario y además se despegan sin dejar huella», pensó. Al día siguiente, Fry solicitó una muestra de aquel adhesivo y comenzó el primero de su larga cadena de intentos. Pero insistió y un buen día le entregó un libro a su jefe, en el que había introducido uno de sus separadores. Cuando se lo devolvió, el superior le había escrito algo encima de aquella primera nota Post-it®. «Me percaté de que era una nueva forma de organizar la información, de traspasarse mensajes, y comencé a luchar para que mi empresa, 3M, la comercializara».
Gracias a la política de 3M de alentar a sus empleados a que destinen el 15% de su tiempo laboral a trabajar en proyectos personales, Fry – al que le adjudicaron un equipo para ayudarle a perfeccionar los Post-it® - pudo concentrarse en desarrollar su idea y, dieciocho meses más tarde, la presentaba al departamento de marketing. Sin embargo los directivos no veían el negocio. «Es un capricho que saldrá caro. Nadie lo comprará», auguraban. Sin embargo, Art Fry veía que sus colegas le reclamaban Post-it® cada vez con más frecuencia.
Así es que buscando una manera de introducirlo en el mercado, en 1977 se llevó cabo una prueba de marketing en cuatro ciudades de Estados Unidos, pero los resultados no fueron demasiado alentadores. Sin embargo los analistas detectaron que su venta había sido extraordinariamente elevada en algunos establecimientos. Resultó que se trataba de lugares en los que se había entregado muestras gratuitas, permitiendo que la gente probase el producto. Esto convenció a 3M de la conveniencia de lanzar una gran campaña de distribución de muestras gratuitas del producto. Los resultados demostraron que el 90% de los consumidores que habían probado las Notas Post-it® manifestó estar dispuesta a comprarlo. Así es que en 1980 y después de una poderosa campaña publicitaria, el producto fue puesto a la venta en todo el mundo. En 1980, los Post-it® ya se usaban por todo Estados Unidos y un año después aterrizaban en Europa. Hoy son imprescindibles en todas las oficinas.
Lo curioso es que, pese a que observadores y analistas pronosticaron que el correo electrónico terminaría con las notas escritas, el 75% de los adultos se califica como “escritor de notas” o “mensajes”. De estos, el 56% son grandes usuarios de notas reposicionables; el 30% las utiliza con cierta frecuencia y el 14% no las emplea en absoluto. Además – indica un informe de 3M – el lugar de la oficina donde se encuentran Notas Post-it® con mayor frecuencia, es pegadas a los ordenadores. Curiosamente, el 71% de los grandes usuarios de notas reposicionables son mujeres, que son las que también las que emplean notas de colores más llamativos. Esto explica también por qué los Post-it® se encuentran disponibles en tantos colores, además del amarillo original.
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