22 Marzo 2011
Página 1 de 2 de Cuando la falta de ergonomía se convierte en costosas facturas
A principios de los años 80 una primera y sorpresiva ola de productos tecnológicos irrumpió masivamente en el sector terciario obligando a los responsables empresariales a plantearse nuevas formas de trabajar en sus oficinas. Una serie de pequeños y sorprendentes equipos comenzaron a invadir las áreas de trabajo de las empresas, provocando problemas no sólo a quienes debían aprender a operarlos, también era necesario asignarles una ubicación. En un principio y tal vez por tratarse de una nueva cultura de trabajo, los terminales, copiadoras, equipos de lectura micrográfica, faxes, etc., se ubicaron mayormente donde se encontraban espacios libres.
Se replanteó sí, el espacio en las mesas de trabajo para instalar la pantalla del procesador de textos o del ordenador personal, mientras la copiadora o el fax se situaban en los pasillos, y poco más. El resto del equipamiento tradicional de la oficina continuó sin variaciones y en plan tradicional, es decir, sillas, mesas, iluminación, incluso la misma organización del trabajo y de hacer las cosas, no experimentaron mayores cambios. En resumen, escasas variaciones desde los antiguos días del lápiz, papel y máquina de escribir.
Casi tres décadas más tarde el panorama de las oficinas ha variado bastante, pero no lo suficiente. Se valoran cada vez más temas como aprovechamiento de espacios, entornos laborales adecuados, integración de equipos, bajos niveles de ruido, colores favorables, etc. Pero al mismo tiempo, entre los trabajadores han ido surgiendo e incrementándose una serie de dolencias que causan entre las plantillas largos períodos de incapacidad laboral.
Elevados porcentajes de trabajadores experimentan a diario dolores en el cuello, en los hombros, en brazos y manos, en la espalda, problemas visuales, auditivos, etc., derivados fundamentalmente de un imperfecto entorno laboral, defectuosas posturas al operar los equipos, e insuficiente adaptación del trabajador al elemento tecnológico o viceversa. Algo lógico por lo demás, ya que al crearse nuevas máquinas aparecen nuevos riesgos, motivo por el que para los gestores de la oficina actual, se ha convertido en un imperativo el estudiar y establecer normas para este nuevo panorama, intentando prevenir al trabajador del daño, lesión o enfermedad que podría sufrir de no cumplirlas.
Ese es el papel de la ergonomía, entendida como estudio de datos biológicos y tecnológicos aplicados a problemas de mutua adaptación entre el hombre y la máquina, sin olvidar que también comprende el amplio entorno humano, es decir, trabajo, hogar, transporte, etc. Ahora bien, aunque en la ergonomía – al igual que en el medioambiente – existen muchas directivas y legislación preventiva, el verdadero reto estriba en lograr que los usuarios entiendan y asuman la responsabilidad de su aplicación, ya que en la oficina actual, un enfoque inteligente debe tener en cuenta todo el ambiente laboral, es decir, entorno de trabajo, vistas, iluminación, nivel de ruido, asientos y postura, a la vez que el teclado, terminal y la postura frente a éste. Sin embargo, en muchas empresas se presta más atención a la ergonomía del coche medio que al confort de la mesa de trabajo de los empleados.
Pero en general, las empresas españolas son cada vez más conscientes de la importancia de contar con un puesto de trabajo seguro, sobre todo debido a los accidentes laborales y su cobertura mediática. Sin embargo, todavía son muchos los trabajadores que se quejan por molestias ocasionadas por un entorno de trabajo inadecuado. En el sector servicios, por ejemplo, esta cifra supera el 75%, produciendo un elevado absentismo laboral que lleva a reducir la productividad y a generar pérdidas.
Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, los profesionales que actualmente pasan más horas al día frente a un ordenador son los administrativos, periodistas y diseñadores gráficos. Estos segmentos son potencialmente candidatos a sufrir dolores en diferentes partes de su cuerpo por causas tan diversas como malas posturas, iluminación defectuosa o pantallas con poca definición.
Estas situaciones se ven agravadas por entornos de trabajo inadecuados, que comprenden todo tipo de elementos, desde un local oscuro, húmedo y ruidoso, hasta la utilización de sillas inadecuadas. No olvidemos que la silla es uno de los elementos esenciales en un puesto de trabajo cuando se trabaja con un ordenador. Por este motivo la elección de una silla exige una serie de criterios ergonómicos que conviene no olvidar.
Publicidad
Newsletter gratuita
Suscríbase ahora a nuestra Newsletter gratuita.
Le enviaremos periódicamente información
sobre todo el contenido nuevo que aparezca en
Oficinas21.com.
Lo más leído
- KONE inaugura en Madrid su nueva oficina «abierta, luminosa, sostenible y sin papel»
- ¿Cuál es la postura correcta para sentarse en la oficina?
- Steelcase convoca el V Concurso para Estudiantes de Arquitectura con la temática: «Privacidad en el espacio de trabajo»
- Wayra busca start-ups para sus academias en España, Argentina, Chile y Colombia
- Un papel que puede ser reescrito y borrado hasta 20 veces sin dificultades
- Outsourcing tecnológico: Es el momento de considerar sus beneficios para el negocio