Un reportaje de BBC Mundo recuerda que Hector Sants, ex director de la Autoridad de Servicios Financieros de Reino Unido, tuvo que abandonar su cargo en Barclays Bank debido al estrés y el agotamiento. El político y ex candidato de la derecha chilena a la presidencia, Pablo Longueira, se retiró de la carrera presidencial en la mitad del proceso obligado por un episodio de depresión y estrés. En el mundo del deporte, el bateador de cricket inglés Jonathan Trott interrumpió una gira por Australia debido a dificultades relacionadas con este mismo problema. Estos son sólo algunos ejemplos de alto perfil de un problema mucho más amplio.

Si bien es cierto que en un principio el estrés se considera como algo normal que "ayuda a mantenerse alerta", el panorama se complica cuando este problema se prolonga durante mucho tiempo, va creciendo y resulta difícil de controlar, favoreciendo la aparición del disestrés, que propicia o empeora las enfermedades mencionadas. Un padecimiento que produce desde dolores de cabeza, reacciones en la piel (como dermatitis), úlceras estomacales, hasta generar disminución de la satisfacción laboral, porque el estrés es un problema transversal al sexo y puesto de trabajo. Los altos niveles de estrés pueden golpear al sistema inmunológico y nos hace más susceptibles a contraer enfermedades y a patologías coronarias, dicen los estudios.

Durante 2012 por ejemplo, en el Reino Unido, hubo un promedio de 5,3 días de baja laboral por trabajador debido a razones de estrés, ansiedad o depresión, indica una encuesta sobre ausencia laboral efectuada a fines de 2012 por la Confederación de la Industria Británica, que representa a 250.000 empleadores de los sectores público y privado. Como las licencias médicas causadas por estos motivos cuestan anualmente millones de libras, no puede extrañar en las empresas estén planteándose fuertes incentivos financiero para mantener su "capital humano" lo más saludable y contento posible. Pero sin olvidar que, al igual que en prácticamente todas las enfermedades, lo ideal es poder diagnosticarlas a tiempo.

Por ello la gran pregunta es ¿hasta qué punto es esto posible y con qué nivel de anticipación? ¿De qué medios se dispone al respecto?

Pero este mal que padecen porcentajes cada vez más elevados de trabajadores, sobre todo en el sector terciario, hace ya algún tiempo puede ser detectado, medido y diagnosticado con mayor facilidad y rapidez, gracias a un sistema que mide los niveles de tensión con una simple prueba de saliva, identificando los niveles de la principal hormona del estrés, así como de otras hormonas como la testosterona y la inmunoglobulina. Puede proporcionar una lectura precisa en cuestión de minutos en lugar de horas en un laboratorio. Un diagnóstico rápido y directo de un problema que está teniendo consecuencias globales. Este vanguardista lector, fabricado por la empresa alemana de artículos médicos Qiage, puede dar una lectura precisa en cuestión de minutos en lugar de horas en un laboratorio. En otras palabras, un diagnóstico rápido y directo de un problema que está teniendo consecuencias globales.

"Una vez que sabemos cuál es el nivel de estrés de un empleado, podemos tomar medidas inmediatas, desde fomentar más ejercicio hasta cambiar los patrones de trabajo”, comentó a BBC Mundo Joe Dunbar, director de operaciones de la compañía británica IPRO Interactive, proveedor de pruebas de diagnóstico para las industrias militares, deportivas y servicios corporativos. Dunbar recuerda también que "algunos clubes de fútbol de la Premier Liga inglesa, como Manchester United y Manchester City, son grandes usuarios de esta tecnología, “que les ayuda a diseñar entrenamientos a medida para sus jugadores mejor pagados”.

Sin embargo el monitoreo personal con equipos de alta tecnología continúa siendo caro, pese a que los equipos de diagnóstico sean cada vez más baratos. De momento al parecer, las empresas con grandes plantillas de trabajadores deberán seguir recurriendo a "ayudas más accesibles" potenciando medidas que fomenten la vida más saludable en lugar de forzarlas. Pero la tecnología de vanguardia no dicho su última palabra, ni mucho menos.

"El gran salto en el cuidado de la salud en el lugar de trabajo se situará en torno al uso de la electrónica y los teléfonos inteligentes. Estas son soluciones mucho más baratas que dispositivos especiales y más familiares para el usuario", ha declarado John Harries, director del área de Salud y Ciencias de la Vida de la compañía Samsung en Europa. Teléfonos y relojes inteligentes, pulseras con sensores para medir la frecuencia cardíaca, la presión arterial y las calorías quemadas a través del ejercicio son algunos ejemplos. Todos ellos ligados a software que puedan rastrear el rendimiento y proporcionar asesoramiento y aliento. 

“Sin embargo” reflexiona, “las principales barreras para una adopción más intensiva de estas tecnologías en los lugares de trabajo son éticas, no tecnológicas, porque todavía existe un estigma asociado a la salud mental. Si un trabajador tiene dificultades en el trabajo y está luchando contra la ansiedad, puede sentirse fuertemente presionado al tratar de manejar su propia condición, y preocuparse de que su empleador lo use como una excusa para deshacerse de él. Esta es la razón por la confianza entre empleador y empleado es clave. Una verdad irrefutable, tanto para los altos ejecutivos como para los obreros”