Rubén Fernández

Dada la época que nos ha tocado vivir, en la que la rapidez prima por encima de todo, los usuarios de tecnología se han decantado, en los últimos tiempos, por productos en los que la movilidad juega un papel importante, por no decir, principal.

Una de las últimas novedades en incorporarse a la familia de los dispositivos móviles ha sido el tablet, un nuevo producto con el que competir y, por lo tanto, una oportunidad para seguir ganando la confianza del consumidor.

Pese a lo que cabría esperar, los tablets han irrumpido en el mercado con muchísima fuerza, lo que tiene aún más mérito si tenemos en cuenta la difícil situación económica actual.

Para que nos hagamos una idea, durante el tercer trimestre del año se han vendido, según un estudio de Strategy Analyitics, 16,7 millones de tablets, cifra que supone más del triple que en el mismo período del año anterior.

Entre los aspectos más llamativos de esta nueva categoría de producto está, sin duda, la rapidez con la que ha crecido y se ha asentado en el mercado. No sólo en cuanto al volumen de ventas, ya que durante los últimos dos años hemos asistido a la creación de un subsector dentro del mercado de la tecnología en el que han proliferado modelos con todo tipo de características y funcionalidades, con diferentes sistemas operativos, con diversos tamaños, opciones de conectividad y compatibles con multitud de sistemas y formatos.

Resulta bastante llamativo el hecho de que, desde su irrupción en el mercado, los tablets se hayan considerado, mayoritariamente, como un instrumento para el ocio. Lo cierto es que estos dispositivos tienen una incidencia cada vez mayor en la actividad diaria de los centros de trabajo, particularmente de las oficinas.

Sus reducidas dimensiones y su fácil manejo hacen de los tablets un elemento de gran ayuda en las tareas diarias de un profesional, ya que facilitan enormemente determinadas actividades, como acceder al correo cuando estamos fuera de la oficina, hacer anotaciones rápidas y archivarlas de manera digital, acceder a Internet para realizar consultas profesionales, modificar documentos y un largo etcétera.

En definitiva, lo que estos novedosos productos ofrecen es una conectividad total y permanente, ya estemos en la oficina, en casa o en un viaje de negocios. Dichas prestaciones responden perfectamente a las demandas de los profesionales de hoy en día, que buscan combinar funcionalidad y portabilidad.

No hay razón, por tanto, para pensar que la producción y distribución de tablets tenga que limitarse a la electrónica de consumo, ya que el sector empresarial también puede beneficiarse de las importantes ventajas que ofrece este producto.