13 Noviembre 2011
"La solución para mejorar la productividad pasa por llevar el ordenador propio a la oficina o, al menos poder usarlo. Esta parece ser una nueva tendencia entre los trabajadores de oficina, un planteamiento que puede sonar a contrasentido, algo así como tener que llevar la propia silla al cine.
Pero si el tema se considera detenidamente puede comprobarse que no es tan sorprendente. Basta con echar una ojeada a los equipos con los que la gente trabaja normalmente en sus empresas. Puede que los ordenadores (normalmente de sobremesa) tengan ya entre tres y cinco años y operen con Windows XP. Los teléfonos móviles que en su momento les proporcionó la compañía tienen una pantalla diminuta y no pueden conectarse a Internet.
Aunque este podría ser un panorama cada vez más generalizado, es muy probable que en el hogar de muchos trabajadores haya, como mínimo, un ordenador portátil de último modelo y un teléfono inteligente, que no pueden acceder a los sistemas de la empresa, ni siquiera al la cuenta de correo electrónico del trabajo.
Y es que los sistemas informáticos avanzados resultan caros para la empresa, que en sus programas de apoyo a la gestión suele enfrentarse a variadas dificultades (fundamentalmente financieras) cuando intenta mantener el ritmo que imponen los constantes cambios tecnológicos. Ahora bien, si los equipamientos que los empleados tienen en sus casas o llevan en sus bolsillos son más poderosos que los que les proporciona su empresa, ¿qué sucedería si los empleados pudiesen utilizar sus propios equipos?
No es trata de una reflexión gratuita, ya que diversas empresas – en especial agresivas pymes de servicios – han comenzado a proporcionar a sus empleados acceso remoto a sus sistemas y los alientan y ayudan para que adquieran su propio equipamiento, incentivando el trabajo en casa. Si antes se requería mucho soporte técnico, a partir de ahora y con estas medidas, es posible que muchos empleados se dediquen a trabajos críticos sin problemas de distracción. Además, si las personas trabajan desde casa pueden lograr un mejor equilibrio entre su vida personal y profesional. En otras palabras, productividad motivada por la libertad de elección.
El año pasado por ejemplo, Kraft la multinacional de alimentación y bebidas, anunció que concedería a sus empleados en Estados Unidos un subsidio especial para que pudiesen adquirir sus propios ordenadores. Los resultados han llevado a que este año esta política se haya generalizado en toda la multinacional. Y el ejemplo se extienda. Tanto Microsoft como Intel están haciendo lo mismo. “Traiga su propio ordenador" (BYOC en inglés) se traduce en ayudas financieras para que sus empleados compren los equipos y dispositivos que prefieran.
La empresa Citrix adoptó el esquema en 2008. Proporcionan el dinero necesario a sus trabajadores para que adquieran equipos a su elección, medida que su vicepresidente de marketing Mick Hollison asegura que ayuda a reducir costes. "A los empleados les fascina tener la libertad de elegir lo que más les gusta. A partir de ese punto, el dispositivo es su responsabilidad y no de la compañía. Nosotros no lo controlamos para nada".
Si quieren llenarlo de fotos y videos de sus hijos, son libres de hacerlo, porque la conexión al centro de datos de Citrix es segura. El equipo es sólo un visor", puntualiza Hollison.
Sin embargo los críticos de esta política opinan que esto genera un problema de seguridad derivado a la posibilidad de un mayor acceso a datos y recursos empresariales. Que la gente navega y opera en el ciberespacio mediante sus equipos, algo que no se atreve a hacer con los dispositivos de la empresa. Pero Hollison dice que a ellos esto no les ha ocurrido.
Por su parte Graham Hann, de la empresa de abogados de tecnologías de la información, Taylor Wessing, recuerda que las empresas deben recordar que en muchas ocasiones, amigos y familiares de los empleados acceden a sus ordenadores, lo que genera riesgos de seguridad, ya que los datos ahí guardados pueden ser vistos por más gente.
Por este motivo, es probable que los negocios regulados, como los bancos, tardarán más tiempo en adoptar este tipo de soluciones. Otros críticos alertan que los empleados pueden descargar un virus informático en casa y después extenderlo por la red de la compañía, amenaza que dificultará contratar un seguro de reparación en caso algún problema. Sin embargo, empresas como Dimension Data o Citrix aseguran que cada vez más empresas se interesan en el esquema de TSPC.
En concreto, Mick Hollinson reconoce que han ahorrado entre 15% y 20% con el plan. Cuenta que un nuevo empleado que ingresó al programa se compró un nuevao iMac y estaba muy feliz. "Y la compañía estaba igualmente satisfecha de no tener ese gasto en sus libros de contabilidad", concluye.
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