06 Agosto 2010
Página 1 de 2 de Hace 25 años el T1100 Toshiba abrió las puertas a la informática portátil
Toshiba presentará en España el próximo lunes 21 un dispositivo con capacidad para combinar las funciones de ordenador portátil y tableta digital. El nuevo dispositivo, totalmente táctil y pertenece a la conocida familia Libretto, va equipado con una gran pantalla plegable, utilizarse como un ordenador portátil principal o como una tableta digital, cabe en un bolsillo.
Ese mismo día también, Toshiba presentará un portátil pensado para navegar y recibir correo como en un teléfono inteligente, con pantalla y teclado de un Mini PC. Ofrece conexión permanente, arranca en lo que se tarda en desbloquear un móvil y su autonomía será casi la misma que la de estos dispositivos. La multinacional ha escogido esta fecha precisamente, porque ese día se cumplen nada menos que 25 años del inicio de la comercialización de su primer ordenador portátil, el T1100.
La historia del ordenador portátil comienza a despegar un 20 de Abril de 1985, que es cuando Toshiba Corp. puso a la venta un novedoso equipo, el T1100, el primero que incluyó un conjunto de características básicas que se convertirían en estándar para los ordenadores portátiles durante las dos décadas siguientes. Basado en un procesador 80C88 de Intel Corp., tenía 256K bytes de memoria como estándar, una pantalla LCD de 640 pixels por 200 pixels capaz de exponer 25 líneas de 80 caracteres, y una unidad de disco de un solo disquete de 3,5 pulgadas que soportaban discos de 640 K-byte y 720K-byte. El ordenador medía 31.l centímetros por 6.6 cm por 30.5 cm. y pesaba 4,1 kilos, además de utilizar un BIOS (sistema básico de input-output) de Microsoft. Costaba unos 4.000 dólares de la época, pero tal vez lo más trascendental era que estaba basado en un sistema operativo compatible con IBM desarrollado totalmente por Toshiba.
Al margen de constituir el primer paso de todo un nuevo sector hacia un impresionante y nuevo mercado de miles de millones de dólares, pocos saben que el T1100 estuvo a punto de convertirse en un proyecto abortado, ya que la cúpula directiva de Toshiba tuvo enorme dudas sobre la capacidad de que este equipo lograse las metas propuestas. A más de veinte años de distancia este hecho parece increíble, pero así fue. Sólo la persistencia y clara visión de futuro de Atsutoshi Nishida, en aquellos entonces senior vice president de Toshiba Europe GmbH, lo hicieron posible.
En aquellos entonces, a sus cuarenta años y con poco más de una década en la corporación, Nishida destacaba por una visión futurista del sector que apoyaba intensivamente en una política de I+D. En efecto, a principios de los años 80 ya pronosticó claramente en qué dirección iría el trabajo en el sector terciario, algo que pocos años más tarde corroboraría un famoso informe del Instituto Fraunhofer de Alemania: “el empleado medio pasa casi un 70% de su vida profesional lejos de su mesa de trabajo y el 40% fuera de la oficina. Como es probable que la mayor parte de su productividad tenga lugar fuera de su mesa, los empleados necesitan disponer de acceso flexible en todo momento a sus redes. Y sobre todo, necesitan una tecnología fabricada para resistir los rigores de la vida en carretera”.
Pero en 1985, la búsqueda de la informática portátil no era nueva. Ya a mediados de los años 70 el británico Adam Osborne, un químico de profesión que carecía de instrucción formal en electrónica, informática o gestión empresarial, comenzó a estudiar un tema que comenzaba a interesar a empresarios y sociólogos fundamentalmente, las “prácticas de flexibilidad laboral”, apoyadas en nuevas formas de trabajo y de gestión empresarial. Había que dotar a estos trabajadores – escribió Osborne – de herramientas adecuadas, ligeros equipos informáticos y programas “ad hoc”. Así se podría ir por el mundo con la oficina a cuestas.
Así también fue como en 1981 puso en el mercado el “Osborne 1”, el primer equipo “transportable” o “arrastrable” del mundo. Con la apariencia de una máquina de coser portátil, trabajaba con programas escritos en CP/M. Pesaba 11 kilos y estaba dotado de una pequeñísima pantalla de buena resolución (aún así era de difícil lectura), dos disqueteras y limitadas posibilidades de memoria. Aunque Osborne fracasó comercialmente y desapareció del mundo de los emprendedores, se había abierto la veda y ya había quienes estaban dispuestos a coger el relevo.
En efecto, poco después se presentaron equipos de Radio Shack Corp. y Seiko Epson Corp. – que ya habían estado en el mercado – Tandy, NEC, Olivetti y Toshiba. Habían comprendido – sobre todo Toshiba – que el ordenador portátil no sólo era un diamante en bruto, sino que en la movilidad de los datos y de la información, estaba el futuro de la gestión, del tipo que fuese. Los desafíos a vencer eran, potencia, capacidad, rapidez y bajo peso. Hubo excelentes diseños como los de Kyocera y Tandy, mientras que a fines de 1984 IBM y Hewlett-Packard preparaban la salida al mercado de sus “transportables”.
A esas alturas, Nishida había tenido tiempo de sobra para valorar correctamente la importancia de la compatibilidad de cualquier equipo microinformático con el PC de IBM, su famoso sobremesa. Y lo sabía de primera mano, ya que, pocos años antes, su intento de entrada en el mercado norteamericano de PCs de sobremesa no había sido una buena experiencia, por la sencilla razón de que su máquina Toshiba no era compatible con la de la gran multinacional. Así es que a raíz de este hecho, en 1983 la dirección de la corporación decidió enviar a Los Ángeles a un equipo de tres ejecutivos (jefe de proyecto, un ingeniero y un ayudante) liderados por Atsutoshi Nishida, para estudiar la forma de planificar la reentrada en el mercado informático estadounidense. A estos efectos y durante dos meses trabajaron con McKinsey & Company Inc. en el proyecto "Brighter Blue/Azul más brillante". Sus conclusiones fueron tajantes, un nuevo PC de sobremesa era más de lo mismo. Había que buscar otro camino
"Por aquellos entonces” comentó Nishida al periodista Martyn Williams“los ordenadores transportables se estaban haciendo populares pero eran muy, muy, muy grandes. Nuestro plan era lograr un PC transportable, que fuese de muy poco peso, tuviese forma de almeja, pantalla LCD y compatibilidad con IBM".
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