El proyecto, que exigió dos años de trabajo y supuso el equipamiento de un espacio abierto compuesto por 850 puestos repartidos en una superficie de 18.000 metros cuadrados (plantas 7 a 17 y 19 del edificio). Pero supuso también un incremento de espacio de casi 5.000 metros cuadrados con relación a las oficinas anteriores, ya que se tuvieron en cuenta las expectativas de crecimiento de la compañía.

“El espacio en la oficina puede condicionar la manera de trabajar de las personas y de la organización, de modo que, con un diseño adecuado, se puede poner este espacio al servicio de las personas y de los objetivos de la compañía. En este caso, se eligió un espacio de alto rendimiento, que integra a la perfección la arquitectura, la tecnología y el equipamiento”, explican Manuel Cabanillas, responsable comercial de Steelcase e Ignacio Góngora responsable comercial de Cador, concesionario encargado del proyecto

Resumiendo, las nuevas oficinas de OHL en Torrespacio son el resultado de la aplicación de diversas filosofías de creación de espacios de trabajo:

a) Espacios abiertos y puestos privados

Sobre la concepción de espacios se optó por un diseño con grandes espacios abiertos buscando fomentar la creatividad, el trabajo en equipo y que, al mismo tiempo, potenciase la belleza de las vistas de la ciudad de Madrid.

Para ello se limitó la altura de los armarios a 1,15 metros, medida que permitía mantener la privacidad y reducir el volumen de ruido pero que, a la vez, evitaba el aislamiento de cada puesto de trabajo. Con ello, se logró un entorno de trabajo abierto pero también privado. Asimismo, al limitar la altura del mobiliario se consiguió una armonía que dotaba de belleza al espacio.

Para potenciar este efecto, se eligió un mobiliario de Steelcase con líneas sencillas y livianas en colores neutros, blanco tostado para mesas, armarios y bloques y, para contrastar, negro para las sillas, tonos que actualmente marcan tendencia dentro del diseño de espacios de trabajo. “Uno de nuestros objetivos era reducir la sensación de densidad de ocupación del espacio. Gracias a esta paleta de colores, se crearon zonas más limpias, amplias y luminosas”, subraya José Manuel Garrido Pérez, Jefe de Servicios Generales de OHL.

Al fomentar el intercambio de ideas, se dispuso además de pequeñas salas aptas para la reunión y el trabajo en equipo en el marco de un ambiente informal.

b) Despachos multifunción

En lo que se refiere a los despachos, se optó por espacios multifunción, es decir, por despachos que disponen de una misma zona para trabajar y para reunirse. Esto se logró mediante la colocación de una única mesa apta para reunión y con una zona de trabajo diferenciada. Para marcar un contraste con el resto de áreas, para los despachos se optó por los tonos oscuros del roble teñido en wengué y por sillas de piel. 

c) Cada puesto de trabajo es especial 

Como en el ámbito de la oficina actual, cada persona realiza su trabajo de forma diferente, dependiendo de su puesto de trabajo o de las tareas que tenga que desempeñar, es necesario reflejar esta diferencia en su entorno de trabajo, teniendo en cuenta las preferencias de cada usuario y preservando siempre la seguridad y el confort.

A la hora de diseñar los puestos, se tuvo en cuenta las necesidades y particularidades de cada tarea y cada persona. Esto se tradujo por ejemplo, en la colocación de mesas de trabajo más grandes para los delineantes y de sillas que se ajustasen automáticamente, a la hechura de los usuarios y a sus movimientos. 

d) Gestión de ruido y sostenibilidad

Con el fin de evitar el ruido excesivo y fomentar el ahorro de costes en papel, se eliminaron todos los faxes e impresoras individuales, que fueron llevados a zonas comunes. Otra de las necesidades de OHL pasaba por la implantación de una “oficina sin papeles”, para lo que se implantó una política de reducción de consumo de papel.