Juan Carlos Escudero

“La situación del sector de la reprografía en España no es ajena a la del resto de los sectores económicos y – desgraciadamente -, del resto del entorno de ésta “nuestra aldea global”, lo que añade gravedad al ser el “problema de todos”. Para nosotros, la crisis tiene, si cabe, una repercusión añadida derivada al haberse cebado especialmente en algunos de los principales nichos de mercado de la reprografía tradicional (Construcción, Obra Pública, Administración….), que hasta ahora representaban un volumen importante en la cuenta de explotación de algunos negocios” comenta a La Oficina del Siglo XXI”, Juan Carlos Escudero Grijalvo, Gerente de la Asociación Española de Reprografía.

“No obstante”, agrega, “aunque en estos últimos años la reprografía ha debido hacer un enorme esfuerzo tecnológico para modernizar sus procesos y equipamientos, no es menos cierto que actualmente encuentra mercado donde otros lo pierden, por la actual y previsiblemente duradera reducción de las tiradas, ofreciendo de la mano de la reprografía digital unos estándares de calidad perfectamente contrastables. La situación, aunque grave, nos permite afrontar el futuro con un moderado optimismo, gracias a la capacidad de adaptación del sector a los continuos cambios causados por las exigencias del mercado y a su capacidad de ampliar la oferta de servicios, especialmente en mediano y gran formato color, manteniendo nuestros objetivos de dar un servicio integral al cliente”.

o21. Para que nos centremos un poco, ¿cuáles son los objetivos de la Asociación Española de Reprografía?

J. C. E. G.: En estos momentos nuestros objetivos son claros en cuanto a la toda la colaboración posible que podamos prestar a nuestros asociados para salir adelante, para continuar en la “brecha”. Ponemos todos nuestros recursos a su disposición (documentales, técnicos, jurídicos, etc…) y, además, ofrecemos un amplio abanico de servicios gratuitos para facilitar el quehacer diario de las empresas asociadas (información puntual, asesoría jurídica gratuita, ahorros en la compra de equipos, participar de la experiencia de los demás asociados, contratar con más seguridad, contactar con proveedores homologados, control de impagados, software de gestión a medida de la actividad, FTP gratuito de 2 GB por asociado…).

Somos un colectivo compuesto por unas 2.000 empresas en todo el país, en su mayoría pymes y micropymes, con plantillas entre 2 y 15 trabajadores aunque también tenemos asociados con centenares de empleados y puntos de venta. 

o21. Un tema interesante es la tipología del usuario de las copisterías. ¿Podría definirla y porcentuar sus grupos? 

J. C. E. G.: Se trata de un usuario tan variopinto como la propia sociedad a la que se ofrecemos servicios: cualquier ciudadano es susceptible de requerir estos servicios en muchos momentos de su actividad ordinaria, privada o profesional.

No obstante, si queremos hacer una clasificación sociológica de cliente atendiendo a sus necesidades, capacidad o destino, encontramos, en primer lugar, al cliente profesional que requiere servicios reprográficos para su propia actividad empresarial en la práctica totalidad de las áreas económicas (industrial, comercial, editorial, administración, obra pública…).

En segundo lugar, un tipo de cliente más técnico que demanda servicios de pre-impresión, impresión o postproducción para sus propios clientes (diseñadores, publicistas, imprentas tradicionales….), Finalmente figura el usuario o destinatario final de los servicios reprográficos, destacando el sector universitario, en el que se cubre la demanda de alumnos, profesores y de la propia institución educativa.

o21. Dado el momento económico que atravesamos, reducir costes parece ser una obligación ineludible para cualquier empresa; pero no sólo a efectos de competitividad, sino también para aspirar como mínimo a participar del juego de mercado. ¿Cree esta Asociación que se trata de un factor excesivamente condicionante para sus empresas?

J. C. E. G.: Sin duda. El factor “coste” es determinante en cualquier negocio pero en la reprografía, tiene algunas manifestaciones específicas por mor del llamado “clic” por copia o paso, y “el fijo”, que gravan especialmente nuestra actividad.

El primero, el “clic”, supone un coste fijo que se soporta al margen de la rentabilidad de cada unidad de impresión que se produzca, y el segundo, aun más gravoso –sobre todo en los actuales tiempos de disminución de la actividad–, supone una cantidad a cuyo pago se obliga el reprógrafo con independencia de que la producción se realice o no.

Ambas circunstancias se suman negativamente en dos sentidos, el primero, al añadir una dificultad más para alcanzar el umbral de rentabilidad y el segundo, al fomentar una batalla de precios que no beneficia a nadie a medio plazo y tan solo proporciona un parche pasajero. Por tanto, estas circunstancias en la actualidad, abundan en un excesivo peso del factor coste, más allá de su ordinaria incidencia en la cuenta de explotación.