Iñaki Lozano Ehlers

A mediados de los años 80 del pasado siglo se inició la masiva irrupción de las TIC en la sociedad, con lo que el sector terciario español comenzó a experimentar una serie de grandes cambios en su forma de concebir y ejecutar el trabajo de oficina. Temas como el espacio a utilizar, el entorno laboral, la actitud ante el trabajo, o ante la empresa, etc., han experimentado cambios – a veces – sustanciales.

¿Cuál es el papel de la oficina en el siglo XXI?. ¿Cuáles son las características de las actividades de oficina? ¿Hasta qué punto se están realmente abandonando tendencias frustrantes y mecanicistas?. La película “El Apartamento” por ejemplo, ofrece inolvidables escenas laborales típicas de lo que Alvin Toffler llamó “empresa fábrica”. Enmarcado en una visión demoledora de cómo se operaba en las grandes oficinas, el film narra la historia de C.C. Baxter (Jack Lemmon) empleado de una empresa de seguros de Manhattan quien, sentado ante su mesa de trabajo pasa los días revisando de forma gris y automática, contratos y pólizas en su calculadora “Friden”. Son las mismas operaciones realizan decenas y decenas de compañeros de su misma planta, hasta que el sonido del timbre anuncia el fin de jornada, con lo que inmediatamente dejan de trabajar, en pocos segundos guardan su documentación, cubren sus máquinas y se precipitan velozmente hacia la salida.

“Esa es justo la traslación del sistema fabril. Cuando se detiene la línea de producción todo el mundo se va a casa hasta el día siguiente, a las ocho de la mañana. En la primera mitad del siglo XX mucho del trabajo era así. Procesos como cadenas de producción, con abundancia de movimientos físicos milimetrados, etc. Alguien escribía algo en un papel, lo pasaba al de detrás, este extractaba un dato, lo pasaba a otro… O bien uno clasificaba, otro timbraba, otro lo metía en un sobre… Actualmente, las tecnologías, la forma de concebir el trabajo - que cada vez es más de conocimiento -, ha hecho que podamos desprendernos de esa estructura tan rígida” reflexiona Iñaki Lozano Ehlers, Managing Director de BICG, consultora de espacios de oficinas.

“Hoy en día” recuerda, “nuestro trabajo y nuestra formar de trabajar son distintos. Que hemos avanzado no cabe duda. En 1900 el trabajo de oficina era físico en un 83%, mientras el 17% restante era lo que podríamos llamar trabajo de conocimiento. En 1970, el físico había bajado a un 51% y el conocimiento había subido a un 49%. Para 2020, la relación será, 25% físico y un 75% conocimiento”.