03 Marzo 2010
Página 2 de 3 de Iñaki Lozano Ehlers, Managing Director de BICG
o21. Eso en cuanto a trabajo ¿Pero, nos hemos desprendido realmente de esa estructura rígida, de esa caja espacial que es la oficina, aunque podamos hacerlo?.
I. L. E.: Seguramente y en términos generales, la respuesta es negativa. De todas maneras, cada vez más gente opera de manera muy distinta. Muchos de nosotros, tal vez la mayoría trabajamos de una manera muy distinta y muchas veces sin saberlo. Pero seguimos anclados aún a ese viejo bastión, atados a ese viejo recurso, que el contenedor de la fábrica traspasaba al mundo del trabajo del cuello blanco, que llamamos oficina.
o21. ¿Desde esta perspectiva, cómo cree que será la oficina del siglo XXI?
I. L. E.: Veremos cambios sustanciales. Ya no será el sitio obligado para el trabajo individual. En una sociedad interconectada se podrá trabajar remotamente desde donde se quiera. Desde casa, en la oficina del cliente, en el parque, en el coche, donde sea. Tampoco será necesario acudir a la oficina a la hora de acceder a información o conocimiento. Para ello están las redes, el trabajo virtual. ¿Qué funciones serán propias de la oficina? ¿Acudir para que me controle mi jefe o para controlar yo a mi gente? El control no debería hacerse así, debe de ser más bien una supervisión pactada por objetivos. Cuando se tienen unos objetivos claros no se justifica acudir a la oficina, ni para enseñarle a tu jefe lo bien que estás haciendo tu trabajo, ni para controlar a la gente que trabaja para ti.
Esto sin embargo, que parece tan normal y tan obvio, al mundo empresarial le plantea un importante reto de cambio. Un cambio que se efectúa precisamente para intentar medir la mayoría de los trabajos. Conseguir encontrar indicadores que hagan transparente y visible lo que está realizando cada persona. Ese es un desafío importante que ahora se nos viene encima.
o21. Pero el directivo medio que tiene a su cargo una plantilla, continúa queriendo apoyarse en unas pautas de comportamiento que en muchos casos ya están superadas.
I. L. E.: Así es, pero si quiere competir tendrá que utilizar sus indicadores. Estos elementos los fijará cada empresa y en cada una de sus áreas, sin olvidar que definirlos exige un trabajo minucioso, estudiado cuidadosamente y de forma muy específica, para así crear sus indicadores y adecuarlos a su nivel de competencia, a su nivel de gestión. A partir de ahí, verá cómo se maneja. Ya sea una empresa con 100.000 empleados o con 10. Es importante que a todos los niveles exista una serie de indicadores con los que te puedas mirar en ese espejo, ver cómo estás realizando tu trabajo, como lo está realizando la gente que trabaja contigo o para la que tú trabajas…
o21. ¿Y cómo se determinarán?
I. L. E.: Definiendo lo que se quiere conseguir y estructurando los indicadores en torno al objetivo. A menudo se dice: es muy fácil medir el indicador de un comercial, vende tanto y consigue tanto. Es un clásico indicador de ventas y los comerciales han trabajado de esa manera. Están muy avanzados en ese sentido. ¿Pero, cómo mido el rendimiento de una persona de recursos humanos?, habrá que determinar otros indicadores específicos. Por ejemplo, un “business partner”. Suelen ser personas de recursos humanos asignadas por la empresa a un determinado grupo, a una determinada unidad o lo que sea. ¿Cómo valoran esas personas, sus clientes, a este “business partner”? Ese es un buen indicador y así. Aunque resulta difícil encontrar indicadores para muchas cosas, no debe de ser algo imposible, porque de hecho estás contratando a la gente para que trabaje en algo. Entonces, si está trabajando en algo, ese algo tiene que ser medible, si no puede medirse no existe, como decía Peter Drucker.
o21. La duda entonces sería quiénes tendrán que acudir a la oficina
I. L. E.: Digamos que – en términos generales – a la oficina se puede acudir básicamente para dos cosas, una para comunicarte con tu equipo, crear conocimiento, interactuar en equipos disciplinares y multidisciplinares. Algo lógico si se trabaja cada vez más en red. Una red de personas que trabaja en el tema desde distintos ángulos y desde distintas perspectivas. Para ellos sí que una oficina es un buen punto de encuentro…Es un sitio en el que realmente lo que se intenta es buscar el trabajo colaborativo y la interacción.
En segundo lugar, a la oficina se debería venir también porque ofrece algo que no ofrece otro sitio. Por ejemplo, alguno dirá: “en nuestra empresa la gente puede trabajar desde donde quiera, sin horarios ni puestos de trabajo fijos, ni obligación de acudir diariamente, a no ser que sea asistir a una reunión especial”. La oficina debe de ser un sitio en el que te sitúes en la curva de la oferta y la demanda de tu mundo de trabajo. Hay empresas que ofrecen muchos servicios de valor añadido, entonces, se va a la oficina porque además, luego puede acudir al gimnasio o a la piscina cubierta que tiene frente a su oficina. O porque tiene a su hijo en la guardería de la oficina…
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