Rafael Gil Horrillo, director de Calidad y Sistemas de Boyacá

Pantallas móviles, mobiliario flexible, proyectores, copiadoras y faxes en red, conexiones inalámbricas, diversos sistemas de comunicaciones, abundante tecnología para facilitar el trabajo flexible e innovador, estas son algunas de las principales características tecnológicas de las nuevas oficinas del Grupo Boyacá. Pero hay más. Ubicadas al este de la Comunidad de Madrid, concretamente en el kilómetro 4.500 de la carretera M-206 que va desde Torrejón de Ardoz a Loeches, a partir del pasado mes de marzo ocupan un moderno y funcional edificio de 4.000 m2 edificado sobre una parcela de 90.000 m2.

Aunque exteriormente el edificio de esta empresa española especialista en redes complejas de transporte y logística no muestre grandes diferencias arquitectónicas con miles de construcciones similares desperdigadas por todo el país, en su interior ya se trabaja con técnicas y sistemas característicos de la “oficina del siglo XXI”. Para muestra, un botón. Estas oficinas apenas cuentan con tabiques interiores ya que la empresa no considera que el espacio fijo sea reflejo de una jerarquía, prefiriendo apostar por la potenciación del rendimiento de las personas, mejorando su entorno de trabajo. Por ello se anima a la interacción informal e inmediata de los trabajadores en espacios que favorezcan sus conexiones y sean estimulantes, ya sea en espacios cerrados y flexibles que favorezcan reuniones más centradas, o para trabajar en equipo o individualmente en sus proyectos.

Utilizando el espacio como herramienta, como palanca del cambio, se transforman y cuidan otros aspectos de niveles de confort que pueden verse afectados por factores como el aire, la luz y temperatura, artificial y/o natural, ya que el desplazamiento o eliminación de muros o tabiques pueden llegar a trastornar el flujo normal de aire o calor, generando a veces complejos problemas al trabajo de oficina, situación que los directivos de infinidad de empresas suelen desconocer, voluntaria o involuntariamente.

De este modo, los poco más de cien empleados de las oficinas centrales de Boyacá pueden controlar las características de su entorno laboral inmediato, obteniendo el mayor provecho de la luz de día, valorando por ejemplo, el negativo efecto de una luminosidad solar excesivamente fuerte. Este hecho es tenido muy cuenta en Boyacá, debido a que las amplias ventanas ubicadas a lo largo de todos los muros permiten que los espacios exteriores del edificio disfruten de luz natural y una buena vista, lo que sicológicamente resulta tremendamente favorable para cualquier plantilla. Saben que la eficacia de una oficina atractiva y bien diseñada, puede verse completamente debilitada si la plantilla se siente incómoda debido a temperaturas extremas, corrientes de aire, mala ventilación etc.